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LA SUBJETIVIDAD O LA BÚSQUEDA DEL SIGNIFICADO
(Por J. Castro)
Entre los que inician el sendero del autoconocimiento, incluido todo tipo de mancias y sistemas espirituales genuinos, se cae frecuentemente en el error de querer encontrar fuera, es decir, encontrar de forma objetiva, en lo que D. Juan Matus llamaría el tonal puro y duro, aquello que buscamos. Esto hace que queramos encontrar formulaciones y definiciones objetivas y manifiestamente observables que puedan ser compartidas por los demás, como si de una operación matemática se tratara. No obstante el autoconocimiento no llega por esa vía.
La búsqueda del Autoconocimiento es similar a la búsqueda del Sentido de la vida, su Significado, y en realidad en el mundo objetivo no está el significado. El mundo objetivo es “el disco duro”, el cual es útil, si, pero en sí mismo no es nada. Si en él grabamos las notas de nuestro diario de vida o de sueños, comienza a tener sentido y significado, pero ese significado no lo aporta el disco duro, lo aporta nuestro discernimiento, nuestras sensaciones, nuestras percepciones, nuestros sentimientos y emociones. Lo aporta nuestro interior, todo lo que surge de nuestra subjetividad. El significado es subjetivo, por lo tanto todo lo que la vida tiene de valor es necesariamente subjetivo.
Las cosas tienen valor cuando se enriquecen con significado, cuando le grabamos información personal y subjetiva. Y es la experiencia, nuestra relación vital con el mundo, la que provoca que los eventos carguen de sentido a lo que nos ocurre. Y ahí radica el valor de la experiencia, en lo que es capaz de aflorar de nuestro interior para relacionarnos con ella, entenderla, comprenderla, asumirla y clasificarla, porque siempre nos mostrará una parte de nosotros. Siempre será una relación de nosotros con nosotros mismos, siendo el mundo, ese hábitat creado para poder llegar a conocernos, el espejo donde poder vernos, o el campo de batalla donde luchar con nosotros mismos. Sí, lo valioso, el significado y todo lo que hay para encontrar viene de dentro, pertenece al mundo de lo subjetivo y vendrá determinado por la experiencia.
La experiencia es subjetiva, y es subjetiva porque su valor y su significado están intrínsecamente unidos al sujeto. El significado de una experiencia, su enseñanza y su valor, proviene de dentro no de la mera sucesión de eventos externos, que solo presta el soporte.
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